13 d’abr. 2012

“¿Inmigración descontrolada? ¡En mi pueblo, no!”


Javier Martínez Moyà.- Aquellos que pisamos las calles de Arbeca (Lleida) y miramos de frente a sus vecinos, haciendo nuestras sus inquietudes y expresando en público lo que piensa la mayoría de ellos en privado, nos dirigimos a la opinión pública para denunciar la corrosión y el deterioro que a nuestro pueblo ha traido la inmigración.
Un importante porcentaje de arbequinos y arbequinas se niegan a votar (30,45%, según datos oficiales) a los partidos de siempre. Nosotros entendemos este porcentaje, ya que la gente está harta de tener que aguantar la discriminación positiva en favor del inmigrante; la degradación del barrio de ‘La Barceloneta’, que sufre la colisión cultural entre los autóctonos y los recién llegados; la destrucción de nuestros bosques, de nuestras tan queridas “costes”, la discriminación fomentada por el equipo municipal de gobierno contra el mercado semanal que daba vida a nuestra comunidad rural y tantos otros problemas que ninguno de los políticos profesionales arbequinos ve ni tiene la voluntad política de solucionar. Recordemos a los partidos que nos gobiernan. Ellos son ERC, CiU, PSC-PM. Da igual uno que otros. A todos ellos les guía el objetivo común de anteponer los derechos de los inmigrantes sobre los de la gente de casa. Ellos son los principales culpables de la conversión de Arbeca en un vertedero moral de escombros. A ellos nuestro desprecio y rechazo.
Arbeca se muere entre música rumana, sexo y alcohol. Pese a todo ello, proclamo mi orgullo de haber nacido en este bello pueblo. Muchos, con los años, llegaron de otras partes de Catalunya y del resto de España. Todos ellos se integraron en nuestra cultura y aceptaron como propias nuestras tradiciones. En sus formas, todos enriquecimos a Arbeca. Entre ellos, también encontramos un número reducido de inmigrantes rumanos; los primeros rumanos que llegaron hace cerca de 10 años y que hoy son auténticos arbequinos. Ellos son los primeros que repudian su inclusión en el mismo saco de los que llegaron años después, en su mayoría de etnia gitano-romaní.
La inmigración controlada de los primeros años favoreció la economía de Arbeca; la que vino más tarde, fruto de una política injusta contra el trabajador catalán-español, es la que ha destruido y corrompido gran parte de la tradición arbequina, catalana y española. Nosotros nos oponemos por supuesto a la segunda, ya que nunca ningún militante de la PxC hemos tenido problema alguno con los rumanos e incluso nos une una gran amistad con los que en su día decidieron integrarse.
Pero nada queda de esa Arbeca “dels Ducs de Cardona”, reconocida y admirada por todos. Hablo de la Arbeca del poblado ibero, la de “Els vilars”, la que vivía ejemplarmente en comunidad y la que producía uno de los mejores aceites del mundo.
Ahora nos encontramos ante una situación muy distinta, fomentada y consentida por la clase política. A saber: pequeños guetos donde se promueve la prostitución, incivismo, drogodependencia. Un paseo por Arbeca y asistiremos al horror de tener que ver un incontable número de fachadas sucias y degradadas. La inmigración ha supuesto asimismo una merma de los valores de nuestra juventud. Quizás soy el único de mi edad que jamás se haya drogado. Tememos por nuestros menores y por el futuro que les espera en esta Babel depravada, sucia, multiétnica y corrupta. Las calles están sucias, a todas horas se oyen imprecaciones y gritos procedentes de familias suramericanas, la música rumana se prolonga hasta altas horas de la madrugada a altos decibelios, inmigrantes sin pan ni techo vagabundean sin control con un cartón de vino en ristre. Defecan y lo hacen todo en plena vía pública, delante de nuestros hijos y mujeres. Vemos ante nuestro ojos cómo se trafica y se consume droga mientras ningún político plantea la necesidad de disponer de un cuerpo de policía local (sólo la PxC lo viene reclamando desde hace tiempo).
Nosotros, los que formamos la gran familia de Plataforma per Catalunya (PxC) en Arbeca, hemos decidido no permanecer callados ante tantas injusticias. Es la hora de exigir a nuestros gobernantes que se hagan dignos de sus cargos, que sean el equipo de gobierno de Arbeca, en lugar de ser el equipo de la precariedad y la miseria. Nuestro pueblo merece algo mejor y más digno. La PxC trabaja y sus miembros arriesgan a diario su integridad física para que las cosas mejoren. Necesitamos sin embargo del apoyo de todos cuantos crean que la casta no podrá resolver sus problemas y sí en cambio un partido identitario que ha hecho de la defensa de los valores autóctonos catalanes su principal seña de identidad política. Nunca una formación política como la PxC se había hecho tan importante y necesaria para la vida de una comunidad. En ello nos va la conservación de nuestra cultura y el porvenir de nuestros hijos.


*Militante de Plataforma per Catalunya (PxC) en Arbeca (Lleida). 
Fuente del artículo: http://www.alertadigital.com/2011/08/08/%C2%BFinmigracion-descontrolada-%C2%A1en-mi-pueblo-no/