13 d’abr. 2012

"La huelga salvaje."

Javier Martínez Moyà.- Por fin pasó el bochornoso día, por fin podemos volver a la “normalidad” actual. El jueves terminó la huelga (¿general?) convocada por los sindicatos mayoritarios, esos sindicatos que no muestran ninguna imparcialidad política, más bien todo lo contrario; movilizan huelgas políticas, para que acudan a sus manifestaciones aquellas personas que estén más allá de la izquierda (extremistas, fanáticos, comunistas y nostálgicos de otros regímenes).
Hoy es un día triste para la democracia, para todos aquellos que creían tener garantizado un derecho. Su derecho a trabajar, su derecho a disentir con la huelga…en definitiva, su derecho a ser libres. Pero, una vez más sus derechos fueron coartados por la ultra-izquierda movilizada por los sindicatos, aquellos que más allá de estar contra la reforma laboral, aprovechan con el beneplácito de los sindicatos; ondear las banderas tricolores de la república, las hoces y los martillos y otras lindezas más pre-constitucionales. Haciendo de la huelga, que en principio es un derecho de todos, el derecho de unos pocos, el derecho de la ultra-izquierda a tomar las calles, silenciar las voces disidentes y en último caso ya de forma más aislada para que algunos de sus militantes revienten las calles (lamento utilizar la palabra reventar, pero no encontré una más idónea).


La huelga ha sido un fracaso absoluto más allá del seguimiento, -pues este es relativo-, sino por ser un atropello anti-democrático a toda regla, de forma clara expondré los motivos del rotundo fracaso:
1-Más allá de las cifras oficiadas por parte de los sindicatos y la policía (que en ambos casos seguramente serán erróneas), pues todos conocemos el dicho “Somos menos de los que dicen, pero más de los que quisieran”. Debemos decir que el seguimiento de la huelga es ante todo un hecho relativo; pues la persona que se queda en casa, no está con la huelga, sino más bien intenta no enfrentarse con un conflicto, pues ya se sabe que ir al trabajo en día de huelga conlleva sus problemas. Son muchos los empresarios que por miedo (¡ojo!, por miedo…) han cerrado sus empresas. Entre ellas la empresa familiar de la cual dispone mi familia, no por estar a favor de la huelga, (pues ahora mismo nadie quiere perder entre 50-100€ diarios), sino por el miedo a que le rompan el escaparate o rayen su fachada. Hoy en día a los sindicalistas financiados no les importa salir de paseo con la gente normal, pero a los trabajadores, perder un día de salario nos hace ir mal todo el mes.
2-La huelga es un hecho de incredulidad, el hecho en sí de que las cabeceras fueran los mismos sindicatos que anteriormente no sólo no hicieron nada para parar la deriva que estaba tomando el gobierno del Sr. Aznar primero y el de Zapatero después a hecho que mucha gente no haya acudido a esa cita, conste por delante, que creemos que hay motivos para quejarnos, para criticar y estar en desacuerdo con el gobierno del PP, pero de ahí a seguir una huelga o manifestación de los sindicatos que se llenaban los bolsillos mientras subían las hipotecas y el precio del suelo en un 500%, sin decir absolutamente nada al respecto, hay un abismo. Por eso mismo decimos que esta huelga es un hecho de incredulidad, pues es un engaño continuado. Perdimos el derecho a una vivienda digna y no dijeron nada, perdimos la sanidad de calidad y no dijeron nada, perdimos la educación digna y no dijeron nada, devaluaron los salarios llenándonos de inmigración y no dijeron nada. Eso es lo que hicieron, y créanme amigos, si hoy salen es por una simple razón: Tienen que salir ya que la situación es demasiado crítica para seguir fingiendo con caras de cínicos e ignorantes.
Por eso, para ir concluyendo este análisis simple, la huelga no ha beneficiado a nadie, sólo a los sindicatos, que se han visto abrumados por una masa izquierdista borrega, en menor grado por personas normales y de bien que no hicieron un balance real de la situación. Esta huelga no conllevará a la supresión de la reforma laboral del PP, tampoco creará más puestos de trabajo, ni tampoco servirá para justificar el daño que ha hecho a los pequeños y medianos empresarios que en base a su derecho quisieron abrir (pues no todos veían la solución en la huelga de los “sindicalistas” pijos). Sólo ha servido para crear inestabilidad social, y ser portada de la mayoría de diarios y medios de comunicación internacionales como un país de locos y delincuentes. Reiteramos una vez más, que la lucha contra la banca internacional es cosa de todos, pero la alternativa al capitalismo nunca podrá ser el comunismo; que es una extensión de este mismo.


*Militante de Plataforma per Catalunya (PxC) en Arbeca (Lleida). 
Fuente del artículo: http://www.alertadigital.com/2012/04/01/la-huelga-salvaje/